Algunos ni siquiera tienen un precio sugerido, ya que son pedidos especiales. Otros, homenajes casi invaluables. Y otros, joyas puras de ingeniera y diseño.
¿Quiénes se sientan a la mesa chica de los autos más caros del mundo? Calificarlos de autos, ponerlos en el mismo estante generalista del resto de los cuatro ruedas “mortales”, parece un desliz de respeto.
Supercars, hypercars, joyas de colección, obras artesanales, piezas únicas… Hay que ir hasta esas descripciones para empezar a hablar de los productos más valiosos del planeta de los autos.
En la cumbre de ese Everest de millones, las fichas doradas se reparten entre un minúsculo grupo de compañías que en márgenes acotados de producción se proponen vencer sus propios límites y allí van con sus ediciones limitadas o esos locos pedidos raros que algún cliente que jamás podrá dimensionar su poder económico solicita especialmente.
Y aparece Rolls Royce, claro. Arrima su sillón y se sienta Bugatti. Mercedes-Benz llega de la mano de su filial Maybach. Y se escucha un “hola” bien argentino, también, porque Horacio Pagani, el constructor nacido en Casilda, Santa Fe, levanta la mano y vota en ese reñido ballotage.
Un repaso por el ten top, por los 10 más caros mundo, de acuerdo a un informe actualizado por Motor1 España, tiene en este tiempo máquinas que parecen insuperables, pero que no lo son y en algún tiempo, más pronto que tarde, se irán descolgando del ranking inevitablemente.
Rolls-Royce La Rose Noire Droptail: 27.7 millones de euros
Se fabricaron sólo cuatro. Uno de ellos, una pieza hecha a pedido de una pareja para celebrar su amor. Nunca se sabrán las identidades de este tipo de seres, una lógica en el ámbito de los mega millonarios. “La Rosa Negra” tiene un motor V12 de 6.75L, que ofrece 593 CV y 840 Nm de torque, suficiente para acelerar de 0 a 100 km/h en cinco segundos. Pero el nivel de detalles exclusivos es lo que lo hace único.
Los comparadores pidieron que se tomara como base la rosa «Black Baccara», una rosa de intenso color bordó y cuyos pétalos de textura aterciopelada generan un efecto tornasol entre negro y rosado oscuro. De allí, los tonos para este Rolls-Royce: el rojo «True Love» y otro tono negro con reflejos rojos, llamado «Mystery».
La carrocería tiene ese rojo, pero que va cambiando de tonalidad como la rosa, y para lograrlo se necesitó repetir el proceso 150 veces hasta llegar al efecto deseado.
Dos detalles de equipamiento o de glamour, mejor dicho. En el tablero se colocó un reloj Audemars Piguet Royal Oak Concept Split-Seconds Chronograph GMT Large Date, de 43 mm y calibre 4407, que puede retirarse para ser usado. Y la marca, además, fabricó una exclusiva caja porta champagne con los mismos materiales que el auto y que permite llevar dos botellas frías.
Rolls-Royce Boat Tail: 26 millones de euros
También en una serie ultra limitada, este modelo se fabricó en base al Rolls-Royce Phantom, pero con una carrocería artesanal hecha con grandes láminas de aluminio y una inspiración náutica. El resto, por supuesto que es aportado por el cliente, en permanente contacto con el equipo de Rolls-Royce para alcanzar los niveles más exclusivos de selectividad.
Como el Boat Tail está basado en el Phantom, lleva el mismo V12 6.75 L turbo, con caja automática de ocho y tracción trasera.
En la parte trasera, al abrir las dos puertas que forman la cubierta de madera oscura, una mini heladera doble para guardar champagne y copas. En esta zona hay espacio incluso para guardar una sombrilla y dos sillas taburete plegables de tela, además de desplegar sobre la zaga dos pequeñas bandejas sobre las que dejar cocktail.
Según la compañía, hubo tres pedidos de este Boat Tail, aunque el último no se mostrará por expreso pedido del cliente.
Bugatti La Voiture Noire: 12.4 millones de euros
¿Lo compró Cristiano Ronaldo o Floyd Mayweather? Como los virales no tienen límite en las redes sociales, de eso se habló cuando se mostró por primera vez este auto, al que se lo podría considerar “oficialmente” el más caro del mundo.
La Voiture Noire rinde homenaje al Bugatti Type 57 SC Atlantic diseñado por Jean Bugatti, el primogénito del fundador de la marca, Ettore Bugatti. De este modelo se construyeron cuatro unidades entre 1936 y 1938, cada una personalizada por su dueño.
Su carrocería de fibra de carbono presenta un revestimiento denominado Black Carbon Glossy, que tiene la particularidad de no producir casi ningún reflejo. Se basa en el chasis del Chiron, aunque tiene una mayor distancia entre ejes.
Al igual que los últimos autos de Bugatti, está propulsado por el motor W16 de 8.0 litros con cuatro turbocompresores, que desarrolla 1.500 CV y 1.600 Nm de torque. Este Bugatti es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,4 segundos y alcanzar una máxima de 420 km/h.
Rolls-Royce Sweptail: 11.8 millones de euros
El dueño del vehículo, coleccionista de aviones y súper yates, quería poder conducir sobre el asfalto el equivalente a estos dos objetos de colección y el resultado ha sido una silueta sorprendente: desde el borde delantero del parabrisas, la línea del techo acelera a medida que se dispara hacia atrás, superando el borde del maletero para enfatizar su longitud. Literalmente, desde atrás, parece un yate deportivo.
Esta vista trasera, sobre todo desde un punto algo elevado, es la que más llama la atención. El techo está compuesto por cristal en su mayoría, en una forma de triángulo con su punta en la zaga y dejando a la vista un interior inspirado por los yates, con la madera oscura como protagonista combinada con cuero claro.
El Sweptail utiliza la misma mecánica del Phantom, un motor 6.75 V12 con doble turbo que desarrolla 571 CV y 900 Nm de par máximo, combinado con una transmisión automática ZF de ocho relaciones.
Bugatti Chiron Profilée: 10 millones de euros
Fruto de una colaboración trascendental entre Bugatti y el diseñador automovilístico Frank Stephenson, el Bugatti Chiron Profilée es una obra maestra de ingeniería.
Su aspecto es resultado de la fusión de diversos materiales y detalles exclusivos. Fibra de carbono y aluminio en un equilibrio justo. Debajo del capó, un motor W16 de 8.0 litros, el Bugatti Chiron Profilée entrega una potencia de 1.500 CV que se transmiten a los neumáticos traseros gracias a una caja de cambios de doble embrague de 7 velocidades.
La combinación de esta potencia y la tracción trasera permiten al Chiron Profilée acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 2,4 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 420 km/h.
Para completar el vehículo cuenta con un avanzado sistema de turbocompresores y frenos de carbono, heredados de la Fórmula 1, que lo hacen excepcionalmente potente y eficiente. Además, su chasis adaptativo ofrece cinco programas de conducción que ajustan varios aspectos del vehículo.
Bugatti Centodieci: 8.3 millones de euros
Sólo se fabricaron diez unidades, que conmemoran el 110 aniversario de la marca más exclusiva del grupo Volkswagen (cumpleaños que se celebró en 2019). En este caso no hay dudas, una de esas máquinas sí está en el garaje de Cristiano Ronaldo, él mismo se encargó de que lo supiera el mundo entero.
La unidad de CR7, como no podía ser de otro modo, es la número 7 de la serie y tiene matrícula portuguesa. Para mostrar su vínculo con el Real Madri, ya que aún jugaba en la Casa Blanca cuando lo compró, su Bugatti es de color blanco cuarzo.
El Centodieci cuenta con el W16 de 8.0 litros que proporciona una potencia de 1.600 caballos a 7.000 revoluciones. Acelera de 0 a 100 km/h en sólo 2,4 segundos, alcanza los 200 en 6,1 y los 300 en 13,1. La velocidad máxima está limitada a 380 km/h.
En el año 2022, Bugatti fabricó el último de la decena preconcebida del Centodieci, todos de modo artesanal en la sede la marca en Molshim, Francia.
Mercedes-Maybach Exelero: 7.4 millones de euros
Se fabricó una sola unidad y fue a pedido de Fulda Tyres para probar una gama de neumáticos de alta exigencia. Cuenta con un poderoso motor V12 de 5.9 litros, capaz de generar una potencia de 700 CV.
Pese a sus más de dos toneladas y medias de peso es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y le permite alcanzar velocidades cercanas a 350 km/h.
Más allá de ser una pieza única, en este caso sí se supo quién depositó los millones para llevárselo: se trata del rapero norteamericano Bryan Williams.
777 Hypercar: 7 millones de euros
Sin dudas, el excéntrico de la grilla. Y no sólo por sus características, sino porque se trata de una compañía muy particular. Este hypercar sólo se puede conducir en la pista italiana de Monza y la persona detrás de esta nueva firma es Andrea Levy, empresaria y coleccionista de autos, quien se apoyó en Dallara para gran parte del desarrollo del proyecto.
La idea de 777 Motors es fabricar apenas 7 unidades a razón de 7 millones de euros cada una, con las primeras entregas previstas para 2025. Lo curioso es que todas ellas no podrán salir de Monza, que es donde tiene su sede la marca, un escenario que los propietarios podrán visitar cuando así lo deseen, utilizando la pista y participando en eventos exclusivos que se realizarán a lo largo del año.
El 777 está propulsado por un motor V8 de 4.5 litros desarrollado por la empresa británica Gibson Technology, capaz de generar 740 CV a 9.000 rpm. Por cierto, funciona con combustibles sintéticos y logra impulsar al 777 hasta los 370 km/h.
Pagani Huayra Codalunga: 6.8 millones de euros
Llega el turno del orgullo nacional. De la mano del argentino Horacio Pagani, el proyecto del Huayra Codalunga comenzó en 2018, cuando dos clientes pidieron un auto de estas características: un modelo con la elegancia de los Pagani y al mismo tiempo con un toque racing que recordara a los “Longtails” de las 24 Horas de Le Mans. Los cinco que el fabricante planea construir ya fueron vendidos.
Todos los Huayra Codalunga están propulsados por un potente motor V12 biturbo de 6.0 litros montado en posición central que produce 840 CV y nada menos que 1.100 Nm de par máximo. Más allá de sus prestaciones, el impacto de este Pagani está en su diseño, un clásico en su rico historial de vehículos.
Codalunga significa «cola larga» en italiano, y este Huayra, haciendo honor a su nombre, es 360 milímetros más largo que el modelo convencional. A pesar de su mayor longitud, tan sólo pesa 1.290 kilos.
El Pagani Huayra llegó al mercado en 2011, como sustituto del Zonda. Y al más puro estilo de Pagani, después de tanto tiempo, la marca sigue realizando unidades especiales de su modelo actual.
SP Automotive Chaos: 6 millones de euros
La exageración en todo su esplendor. Un sueño hecho realidad para el ingeniero automovilístico griego Spyros Panopoulos, CEO de SP Automotive y fanático de la competición, que lejos de ponerse en egoísta y desarrollar una única pieza de esta máquina, proyecta fabricar 20.
Tiene motor V10 4.0 con componentes fabricados en aluminio, titanio o fibra de carbono. Incluso sus dos turbocompresores cuentan con un compuesto de titanio y cerámica para las turbinas. Todo para una velocidad máxima superior a los 500 km/h.
El Chaos está disponible en dos versiones, las especificaciones del Chaos son de 2.077 CV para la configuración Earth Version y de 3.017 CV para la denominada Zero Gravity.
Su chasis es monocasco con carrocería de carbono y kevlar, incluso contiene materiales de uso habitual en la tecnología aeroespacial como el titanio, el zylon (un polímero especial ligero y resistente) e inconel en el sistema de escape. Incluso se crearon piezas específicas impresas en 3D, como las llantas de titanio de 21 pulgadas en el eje delantero y 22 en el trasero o los frenos carbocerámicos.
