Tiene una superficie de 42.500 metros cuadrados, está (por supuesto) en Maranello y en ella se invirtieron 200 millones de euros.
El nuevo Ferrari e-building en Maranello está listo, fruto de una inversión de 200 millones de euros. El presidente de Italia, Sergio Mattarella, estuvo en la inauguración del complejo y fue recibido por el presidente de Ferrari, John Elkann, heredero de su abuelo Gianni Agnelli. También estuvieron allí el vicepresidente Piero Ferrari, el director general Benedetto Vigna.
El e-building de Ferrari, donde trabajan 300 personas, albergará la producción y el desarrollo de los motores de combustión interna, los motores híbridos y los nuevos motores eléctricos de Ferrari. El nuevo edificio, en forma de paralelepípedo con ventanas transparentes, demandó dos años de obras y tiene una superficie total de 42.500 metros cuadrados en la zona de ampliación norte del centro de producción de Maranello.
«Necesitábamos un edificio más eficiente para producir un Ferrari para cada conductor que anhele un Ferrari. Nuestro objetivo no es aumentar la capacidad de producción, sino tener más flexibilidad para realizar más personalizaciones para nuestros clientes. La contratación también está progresando», subrayó Vigna.
En el primer semestre de 2024 la empresa de Maranello contrató a 250 jóvenes. En los últimos diez años, el número de empleados creció aproximadamente un 75%, mientras que en los últimos seis, un 30%.
«El edificio electrónico es una prueba concreta de que en Ferrari cumplimos nuestras promesas. El 16 de junio de 2022 anunciamos nuestros planes para este nuevo edificio durante el Día de los Mercados de Capitales. Ahora, solo dos años después, estamos aquí», amplió Vigna.
«Este es otro hito más en nuestro increíble viaje que se inició en 1929, cuando comenzamos a competir con la Scuderia Ferrari. El año 2029 marcará el siglo de la Scuderia Ferrari. La tecnología y la innovación siempre han estado en nuestro ADN. Son elementos clave que alimentan nuestro incesante deseo de progresar», afirmó Elkann.
«El edificio, diseñado para alcanzar los más altos estándares de eficiencia energética, contiene el impacto medioambiental también gracias al uso de fuentes renovables», explicó el arquitecto italiano Mario Cucinella, que ganó el Compasso d’Oro al igual que el modelo Ferrari Purosangue, el primer SUV de la marca.
Vigna recordó que la empresa de Maranello instaló más de 3.000 paneles solares, adoptó nuevas tecnologías como la pila de combustible de hidrógeno y amplió el uso de energías renovables, reduciendo los metros cúbicos de gas que se utilizan.
«A principios de 2025 apagaremos nuestro tri-generador y ya no quemaremos gas para producir electricidad, calefacción y refrigeración. Desde el punto de vista material, hemos encontrado una manera inteligente de reducir nuestro consumo de aluminio en casi 250 toneladas cada año», completó Vigna.
Este nuevo edificio cuenta con una superficie de 42.500 metros cuadrados, los cuales se suman a las instalaciones ya existentes en el pueblo italiano. Ahora, en total, Ferrari será capaz de producir hasta 20.000 vehículos al año, frente a los 14.000 que pudo ensamblar el pasado 2023.
La nueva planta cumple varias funciones. El año que viene saldrá a las calles el primer Ferrari eléctrico, cuyo concepto y forma todavía se mantienen en secreto. De todos modos, la empresa lleva desarrollando sus conocimientos en el sector eléctrico desde 2009, y el V6 híbrido que impulsa el 296 GTB se integra a la perfección con el espectacular motor de combustión, que es el alma del nuevo modelo 12Cilindri y del Purosangue.
Además, habrá un centro de formación y zonas recreativas para los empleados. El 30% del espacio quedará libre para futuros desarrollos. El proyecto se planteó por primera vez en 2019 y los parámetros básicos se acordaron antes de su aprobación en noviembre de 2021. El diseño del edificio se encargó a Mario Cucinella Architects, de Bolonia, elegido por su compromiso con la sostenibilidad.
Por lo tanto, el e-building presta gran atención a la eficiencia energética y está diseñado para ser un edificio NZEB (early zero energy building), es decir, de consumo de energía casi nulo. El agua de lluvia se almacena y se recicla para regar las numerosas zonas verdes del edificio, entre otras cosas. Sus propiedades térmicas y de aislamiento se calibraron para absorber la radiación solar en verano y permitir la entrada de tanta luz natural como sea posible a través de unas claraboyas especialmente diseñadas.
Los paneles acristalados opalinos y transparentes recubren el exterior del edificio, y hay un llamativo efecto «farol» opalescente de la fachada para destacar la estructura durante la noche. Ninguno de los sistemas energéticos depende de combustibles fósiles, y el aire acondicionado utiliza una bomba de calor totalmente eléctrica que se alimenta de energías renovables.