Tener los neumáticos en buen estado puede marcar la diferencia al conducir por rutas mojadas.
Manejar con lluvia siempre requiere de una atención extra. Por eso, extremar la precaución con los neumáticos puede ser un factor crucial a la hora de realizar una maniobra que permita salir de una situación peligrosa en situaciones donde la superficie se encuentre mojada.
Cuando Pirelli trabaja en el desarrollo de un neumático para moto o auto, uno de los aspectos más importantes que se tiene en cuenta es su rendimiento bajo la lluvia. Para ello, se dedican años de trabajo de ingeniería para definir parámetros como las técnicas de construcción, el material utilizado, el diseño de la banda de rodadura, entre otros factores importantes que terminan de dotar al neumático de todas sus virtudes. Todos los aspectos son fundamentales para lograr un resultado excelente.
“Conducir por las calles de la ciudad o por las rutas puede ser muy agradable, pero en condiciones de lluvia hay que prestar más atención de lo normal y asegurarse de que los neumáticos estén correctamente inflados para que funcionen bien. Para empezar, es importante comprobar que la presión de los neumáticos sea la correcta. Esta información puede encontrarse en el manual del vehículo, en la tapa del tanque de combustible o al costado de la puerta del conductor. Es esencial calibrar los neumáticos en frío y semanalmente para obtener el resultado ideal”, afirma Roberto Falkenstein, consultor de Tecnologías Innovadoras de Pirelli para América Latina.
También es importante comprobar el TWI, la marca en la parte inferior de los surcos de los neumáticos que indica su grado de desgaste, para asegurarse de que no estén en un punto donde necesiten ser sustituidos por unos nuevos. Esto es especialmente importante en esta época del año, ya que es esencial que los neumáticos puedan drenar bien el agua.
“Otro punto que merece atención es cuidar la suspensión y los frenos del vehículo. Tener el auto bien alineado y las ruedas bien equilibradas puede marcar la diferencia. A la hora de conducir bajo situaciones de lluvia se requiere extremar las precauciones. En caso de lluvia intensa, hay que reducir la velocidad, mantener la distancia con otros vehículos y sostener una atención constante. También hay que evitar cambios bruscos de dirección, frenadas fuertes o fuertes aceleraciones”, añade Roberto.
La combinación de grandes volúmenes de lluvia con charcos de agua, suciedad y aceite de otros vehículos, puede crear condiciones favorables para el aquaplaning. Si esto ocurre, para evitar accidentes es esencial mantener las manos firmes en el volante sin girar, ya que durante el aquaplaning el coche no obedece al volante. El conductor no debe acelerar ni frenar, sino dejar que el vehículo recupere el control de forma natural. Si la lluvia es muy intensa lo mejor es evitar detenerse sobre la banquina. En ese caso hay que prender las balizas y seguir circulando con precaución hasta un lugar seguro como, por ejemplo, una estación de servicio.
Aunque la lluvia puede asustar a algunos conductores, es importante afrontarla con atención y respeto. Con los neumáticos adecuados y un vehículo en óptimas condiciones, el resultado será un rendimiento de alto nivel combinado con la máxima seguridad otorgada por Pirelli.