El Fremantle Highway, de bandera panameña, había partido desde el puerto alemán de Bremerhaven y se dirigía a Singapur. Las llamas dejaron, además, siete heridos.
El fuego desapareció y el humo apenas se percibe desde la costa, mientras se espera su remolque al puerto de Eemshaven, al norte de los Países Bajos, en un recorrido de 64 kilómetros desde el punto donde quedó varado. Desde la costa, todos miran al carguero Fremantle Highway, el buque de bandera panameña que ardió durante cinco días con más de 4000 vehículos a bordo en las aguas del Mar del Norte. Ahora llegó el momento de, ya en frío, hacer números y sacar cuentas. Y los calores vuelven a subir.
Pasa que, aunque no se comunicó oficialmente la carga exacta del Fremantle Highway (se estima que había 3783 autos nuevos, incluyendo 498 vehículos eléctricos), desde Anderson Economic Group calculan que la pérdida económica podría ascender a 330 millones de dólares, unos 302 millones de euros.
«Después de varios días de incendio, parece que es probable que se hayan perdido todos los vehículos y que sea muy difícil rescatar cualquiera de ellos», adelantaron desde la consultora, según publica el sitio Motorpasion.com.
El buque había partido desde Bremerhaven, en Alemania, y se dirigía a Singapur. Las llamas dejaron un desastre en todo sentido. Uno de los 23 tripulantes muerto, siete heridos, decenas de vehículos destrozados y el impacto ambiental que este tipo de sucesos torna inevitable, esta vez en una de las rutas de navegación del Mar del Norte, a unos 27 kilómetros de la costa neerlandesa más septentrional.
La chance de poder remolcarlo radica en que el carguero sigue intacto por debajo de la línea de flotación y no se inclina. El Fremantle Highway, de casi 200 metros (656 pies), es del tipo Ro-Ro (de la expresión en inglés “roll-on/roll-off”), que describe el tipo de embarcaciones que transporta cargamento rodado, ya sean automóviles, camiones o incluso trailers o vehículos industriales.
La causa del incendio aún no se conoce. Un vocero de K Line, la compañía que operaba el carguero, dijo que existen “muchas probabilidades de que el incendio se iniciara en los coches eléctricos”, aunque remarcó que todavía hay que investigar la causa. Estos vehículos poseen baterías de iones de litio, que son extremadamente difíciles de extinguir una vez que comienzan a arder.
Los remolcadores Fairplay 30, Guardian y Hunter escoltaron la embarcación, en un amplio operativo en el que también participaron el buque de salvamento Multrasalvor 4, y los de descontaminación Arca y Hurricane, este último de Alemania, detalló la Guardia Costera. Monitorearon la situación, incluso mientras el barco estaba en movimiento, junto a aeronaves de Países Bajos.
El caso para nada es excepcional. De hecho, el traslado vía marítima de grandes cargas y en especial de vehículos (particularmente eléctricos) es uno de los grandes temas dentro de la logística industrial de este tiempo.
En febrero de 2022, los medios del mundo reflejaron el caso del buque Felicity Ace, que se hundió cerca de las islas Azores, en el océano Atlántico, con casi 4.000 vehículos a bordo. Afortunadamente no hubo víctimas porque los 22 tripulantes del Felicity Ace pudieron ser evacuados por la Armada portuguesa antes de que las llamas se propagaran por toda la embarcación.
Los daños materiales, no obstante, fueron muy elevados. Según las estimaciones de especialistas del sector de las aseguradoras, ascienden a más de 250 millones de euros, ya que la mayor parte de los vehículos que cargaba el barco con destino a Estados Unidos eran de lujo.
En el detalle del inventario, figuraba que llevaba 3.965 vehículos, entre ellos casi 2.000 coches de la marca Audi, 1.117 Porsche y 561 Volkswagen. Incluso muchos eran de colección y de propietarios privados.
