La marca alemana es pionera en seguridad automotriz y alcanza un nuevo récord con asistencias a la conducción de última generación.
Mercedes-Benz es sinónimo de seguridad en la historia industria automotriz. En ese camino de desarrollo tecnológico creó más de 40 sistemas de asistencia activa (ADAS) que ya han sido instalados en 10 millones de vehículos vendidos en todo el mundo. Esta función ha demostrado su eficacia para reducir los accidentes con peatones y ciclistas, tanto en ruta como en entornos urbanos.
Uno de los sistemas principales es el Active Brake Asisst, que alerta al conductor tanto de manera visual como acústica de un posible choque frontal, ya sea por una maniobra de cruce de carril o de un vehículo que este circulando en sentido contrario.
Si es necesario que el conductor frene de manera brusca, este sistema también puede proporcionar asistencia; ya que, en caso de que el conductor no reaccione, se inicia una frenada de emergencia.
En los vehículos de Mercedes-Benz se incorporaron cámaras y radares para detectar tanto a peatones como a ciclistas que se encuentren en el camino. El sistema puede captar un riesgo inminente de choque y allí es cuando se aplican automáticamente los frenos para evitar o minimizar su gravedad.
Un informe del IIHS de Estados Unidos concluyó que los vehículos que poseen el sistema de frenado de emergencia para peatones tienen una tasa de accidentes un 27% menor que los que no poseen esta tecnología.
Una historia segura
Mercedes-Benz introdujo en 1996 el primer sistema de asistencia a la frenada (BAS), que colaboraba con los conductores para reducir la fuerza de frenado si se detectaba un obstáculo. Sin embargo, no podía frenar automáticamente.
Once años más tarde desarrolló el BAS Plus, ya con radares y cámaras, para detectar objetos y peatones, con anticipación. Luego, en 2006, la automotriz alemana lanzó el Pre-Safe Brake, con frenada parcial autónoma, que detenía al auto de manera instantánea al detectar una colisión cercana.
