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    Los ataques a barcos en el Mar Rojo amenazan a la industria del automóvil: dejar de producir o empezar a usar aviones

    Los rebeldes hutíes bombardearon buques en apoyo al grupo terrorista Hamas, en conflicto con Israel. Eso frena el suministro de elementos producidos en Asia a las factorías ubicadas en Europa.

    El fabricante estadounidense de autos eléctricos Tesla suspendió temporalmente la producción en su planta de Alemania debido a afectaciones en la cadena de suministro provocadas por los ataques de los rebeldes hutíes contra barcos en el mar Rojo.

    La producción en la Gigafábrica de Berlín-Brandemburgo fue suspendida hasta el 12 de febrero, dijo Tesla en una declaración reportada por la agencia Xinhua.

    Desde que comenzó la guerra en Gaza entre Israel y el grupo islamista Hamas, los rebeldes hutí­es (una milicia yemení que toma el nombre de su fundador, Hussein Badreddin Al Houthi, y representa a la rama zaidí del islam chií) atacaron en repetidas ocasiones barcos en el mar Rojo debido a que, afirman, tienen relación con Israel.

    En un intento por proteger los barcos de carga que navegan por la ruta del mar Rojo, Estados Unidos y Reino Unido realizaron ataques aéreos contra posiciones hutí­es en Yemen. China ha exhortado a todas las partes a mostrar calma y moderación con el fin de evitar una nueva escalada de tensiones en la región.

    El mar Rojo es una importante ruta comercial mundial para muchos productos, incluyendo el petróleo. En vista de los ataques, grandes compañías navieras están evitando cada vez más esta ruta y optando por una ruta más larga que lleva a los barcos europeos a rodear por el cabo de Buena Esperanza para llegar a Asia.

    Tesla confirmó que «los conflictos armados en el mar Rojo y los cambios en las rutas de transporte asociados con esto… también están teniendo un impacto sobre la producción en Grünheide», un municipio de Brandemburgo.

    La compañía ha estado produciendo en la planta alemana desde 2022 y recientemente anunció que busca duplicar la capacidad de la planta a un millón de vehí­culos al año.

    Por su parte, el fabricante de automóviles sueco Volvo Cars interrumpirá esta semana la producción de su planta belga de Gante durante tres días debido a la situación de inseguridad en el mar Rojo, que ha retrasado la llegada de componentes, informó el último viernes la compañía. La planta principal en Gottemburgo (Suecia), las entregas de automóviles y los objetivos de producción no se verán afectados por la interrupción.

    Las milicias hutíes del Yemen, respaldadas por Irán, atacaron buques comerciales en el mar Rojo como señal de solidaridad con el grupo terrorista islamista Hamás en la guerra que libra con Israel. Esto llevó a la interrupción de una de las rutas marítimas más importantes del mundo y obligó a los barcos de carga a bordear el sur de África para evitar el canal de Suez.

    Volvo, cuyo accionista mayoritario es el grupo chino Geely, es el segundo fabricante de automóviles, después de Tesla, que anuncia una interrupción de la producción por la situación de seguridad en el mar Rojo.

    Las compañías se ven afectadas en el suministro de componentes para la fabricación de sus vehículos, en especial los eléctricos.

    Como alternativa, los buques están tomando la ruta del Cabo de Buena Esperanza, lo que supone rodear todo el continente africano y unos 10 días adicionales de trayecto. Un trayecto entre Singapur y el puerto de Rotterdam (Países Bajos) pasa a suponer 36 días en vez de 26 días, que es lo que se tarda atravesando el Mar Rojo y el Canal de Suez.

    También compromete mucho más gasto de combustible: según los analistas, cerca de un millón de dólares más en carburante.

    En lo que toca a otros fabricantes de automóviles, por ejemplo Stellantis está optando por realizar envíos por avión en vez de por barco salvando así el bloqueo. Y aseguran que, de momento, esto no ha afectado a la producción de sus vehículos.

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