Hoy es el Día de la Seguridad Vial. Como cada 10 de junio, se celebra la jornada en la que se acentúa el compromiso al compromiso vial para mejorar una crisis que se vive desde hace muchos años en la Argentina, respecto a los índices de siniestralidad vial.
Vamos por parte. ¿Por qué el 10 de junio es el Día de la Seguridad Vial? Ese día, de 1945, la Argentina decretó el cambio de sentido de tránsito por la derecha. Una modificación que parecía muy sencilla, salvó vidas.
La causa fue por el ingreso de vehículos provenientes, directa o indirectamente, de la industria automotriz norteamericana, que venían con el volante a la izquierda. Anteriormente, los coches eran originarios de Inglaterra, con el volante a la derecha. Pero esa variación de automóviles americanos por los británicos empujó a realizar el cambio oficial.
Más allá del curioso cambio en el tránsito nacional, habría que aprovechar la conmemoración para concientizar sobre la realidad vial que se atraviesa en el país.
La Seguridad Vial corresponde a una seri de eslabones que componen una cadena que debe fortificarse. Sin embargo, la realidad dista de aquello que debiera forjarse como ideal.
La educación es primordial para tener una buena base. Pero en un país con un grave panorama educativo, todo lo relacionado se resiente, incluida la Seguridad Vial. Prosigue el control, que también debiera ser más tenaz y contínuo. Y finalmente, la sanción.
Lamentablemente, la cadena está invertida en muchas localidades, que toman este tema como un mero medio recaudatorio, sin interesar la mejora genuina de la situación vial.
Está claro, en este tema, la responsabilidad es de cada uno y de todos en su conjunto. Sin responsabilidad y compromiso, no hay éxito.
Pero también desde las autoridades debe ejecutarse trabajos de infraestructura, para permitir un hábitat acorde a la mejora en la Seguridad Vial.
Por lo visto, al menos es la sensación advertida en distintos rincones del país, ambas actitudes están lejos del aspiracional.
La Argentina llegó a tener el triste promedio de una muerte por hora, producto de la inseguridad vial. Una resultante de la falta de compromiso de las autoridades, en su mayoría, y de la ausencia de cumplimiento de las normas por parte de conductores y peatones. Un cóctel explosivo que se traduce de alarmante cantidad de víctimas mortales y de lesionados, en diversos grados.
A reflexionar entonces, para mejorar la calidad de vida.