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    Así suena el motor del sucesor del Lamborghini Huracán: V8 biturbo híbrido y 10.000 rpm

    La casa de Sant’Agata Bolognese lo presenta este 16 de agosto en California, Estados Unidos, pero con un video de adelanto ya tocó las fibras más sensibles de los fanáticos.

    Apenas lo dejan oír, sólo un par de segundos, sobre el final de un video de menos de un minuto, con el que Lamborghini despide su mítico V10 y da la bienvenida a un V8 híbrido que será el alma del sucesor del Huracán.

    Todo se sabrá el 16 de agosto, cuando los de Sant’Agata Bolognese lo descubran en el Monterey Car Week (del 9 al 18 en California, Estados Unidos).

    El corto a modo de avant premiere descubre, principalmente, que ese sonido del V10 no será acallado por la nueva tecnología. Todo lo contrario. Para el “Lamborghini 634”, tal cual lo indica el código interno del nuevo superdeportivo que podría llamarse Temerario, montan un V8 biturbo de 4 litros, que según deslizan sobre el final del video podría ir hasta las 10.000 rpm. Un infierno.

    Este V8 no estará solo, desde ya. Irá acompañado de tres motores eléctricos, para sellar así una motorización híbrida de alto rendimiento. En conjunto, los cuatro motores podrían alcanzar una potencia combinada de entre 900 CV y 1.000 CV.

    La transmisión es una caja de cambios de doble embrague con ocho velocidades, la misma que debutó en el Lamborghini Revuelto, el primero de la marca con propulsión híbrida HPEV (Vehículos Electrificados de Altas Prestaciones), aunque optimizada para el nuevo modelo.

    “Mantener el espíritu deportivo de Lamborghini, crear una experiencia sensorial envolvente”, piensan en la casa de los icónicos Gallardo, Huracán, Aventador…

    Este camino comenzó justamente con el Revuelto, un hypercar que combina un V12 atmosférico con motores eléctricos, y continuó con el reciente lanzamiento del Urus SE híbrido enchufable.

    Para suceder al Aventador, Lamborghini colocó en el Revuelto un bloque V12 atmosférico combinado con otros motores eléctricos para romper la barrera de los 1.000 CV y así demostró que nada tan alejada de la realidad la idea de que la electrificación de un propulsor implique un menor rendimiento.

    Ellos pueden incluso superar las ya espectaculares prestaciones de algunas mecánicas de combustión.

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