Fue una de las grandes atracciones de la última edición del Monterey Car Week 2024. Un homenaje al icónico triunfador de la mítica carrera.
Unas 3.500 horas para fabricar sólo un auto. Y serán apenas 22 unidades. Es todo un desafío, aunque en resultado supera ampliamente aquella inversión de tiempo. Así es en las grandes ligas de los superdeportivos de calle. Eso ocurre, por estas horas, en los talleres de Tuthill Porsche, la compañía británica especializada en restaurar y preparar modelos clásicos de la marca alemana.
El objetivo es reproducir uno de los autos icónicos de la historia de Porsche, aquel 911 GT1 ganador de las 24 Horas de Le Mans. Una de las máquinas más especiales de la época dorada de los GT1 de Le Mans y uno de los Porsche más legendarios de todos los tiempos.
Más de un cuarto de siglo después, nace el Tuthill GT One, un exclusivo deportivo homologado para circular por autopistas y calles, y que fue una de las estrellas de la reciente edición del Monterey Car Week, en tierras californianas.
Hubo un factor determinante en aquella década, en especial sobre el cierre de la misma, en cuanto a un requisito obligatorio para participar en la categoría reina de Le Mans, denominada GT1. Los autos debían ser derivados de modelos de calle, entonces las marcas desarrollaron hiperdeportivos que, en realidad, eran auténticos autos de competición.
Revivieron los Gran Turismo y nacieron algunos de los más espectaculares de la historia, tales como el Mercedes-Benz CLK-GTR y el mismísimo Porsche 911 GT1, que tiene el plus de haber ganado las 24 Horas de Le Mans en 1998.
El resultado es el Tuthill GT One, un homenaje al Porsche 911 GT1 original que está homologado para circular por la vía pública. Si el dueño quiere utilizarlo en circuito, puede pedir a Tuthill un paquete de aerodinámica específicamente desarrollado para mejorar el rendimiento en la pista. De fábrica sale con carrocería íntegramente fabricada en fibra de carbono y líneas y soluciones para su uso en ciudad.
Para el interior, se buscó un mix del estilo de los años 90 y cierta modernidad. Una plancha digital cuadra con unos interruptores de la consola central que replican los utilizados en los autos de competición de otros tiempos. Una de las particularidades de este nuevo GT1 es que cumple con las normativas de choque de la FIA.
Bajó el capó tiene un motor bóxer de seis cilindros y 4.0 litros en posición central, como en el GT1 original. Tuthill da la opción entre una versión atmosférica de este bloque que desarrolla unos 500 CV o una variante biturbo que produce más de 600 CV.
Tracción trasera, a la que llega la potencia por un cambio manual de seis marchas o a uno automático de doble embrague y siete relaciones. Suspensión de doble horquilla, tanto delante como detrás, frenos carbocerámicos con pinzas fabricadas a medida para este modelo, neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S y un peso total de 1.200 kg.